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El boom de las comedias argentinas: “División Palermo”, “Envidiosa” y “Viudas negras”

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La comedia argentina vive un momento de auge: entre risas ácidas, críticas sociales y personajes cercanos, tres series recientes lograron conquistar al público local e internacional. Se trata de División Palermo, Envidiosa y Viudas negras: ptas y chorras, tres ficciones que, cada una a su modo, abordan temas incómodos con un humor afilado y contemporáneo.

División Palermo fue la primera en marcar el ritmo. La creación de Santiago Korovsky —quien también protagoniza— propone una sátira sobre la corrección política y la representación de minorías. La serie, que gira en torno a una guardia urbana inclusiva y disfuncional, combina humor absurdo con una crítica mordaz a las estructuras de poder. Desde su estreno en Netflix, se convirtió en un fenómeno: fue premiada con un Emmy Internacional a Mejor Comedia, y acaba de lanzar su segunda temporada.

A este suceso se sumó Envidiosa, la serie protagonizada por Griselda Siciliani que retrata la crisis de los 40 con una mirada tan incómoda como hilarante. Su personaje, Vicky, atraviesa una ruptura amorosa mientras busca reinventarse en una Buenos Aires que se vuelve espejo de sus neurosis. La serie no solo fue un éxito en audiencia —con más de 14 millones de horas reproducidas en su primera semana en Netflix—, sino que también fue elogiada por su guion y por mostrar, sin filtros, los mandatos que todavía pesan sobre las mujeres adultas.

La tercera joya de esta tríada es Viudas negras: ptas y chorras, que llegó a la pantalla a fines de junio y está disponible en Flow. Con Pilar Gamboa y Malena Pichot al frente, la serie mezcla comedia negra con thriller y una buena dosis de incorrección política. Sus protagonistas, dos amigas con un pasado criminal, son reclutadas por el Estado para secuestrar a un joven empresario. Lo que sigue es un desfile de diálogos filosos, crítica social y un humor sin culpa, con actuaciones brillantes.

Las tres series tienen varios puntos en común: una mirada fresca, protagonismo femenino, y la capacidad de reírse —y hacer reír— con temas que antes eran tabú. Además, comparten algo clave: están disponibles en plataformas populares (Netflix y Flow), lo que permite que su alcance sea cada vez mayor. La comedia argentina, claramente, no solo volvió: está más viva y necesaria que nunca.


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