La cantante lanzó la última canción de su EP. Cargado de concepto, ironía y emoción que llega para cuestionar los mandatos impuestos sobre cómo debe ser una “mujer ideal” en la industria pop y en la vida cotidiana.
Descrito por la propia artista como “el más honesto y jugado” de su carrera, el trabajo propone un recorrido de seis canciones en loa cuales se mezclan sátira, confesión y crítica social. Desde la bomba sexy hasta la jefa empoderada, desde el ícono de moda hasta la diosa impecable, Emilia recorre los arquetipos femeninos que la cultura popular impone, para deconstruirlos uno a uno.

El EP abre con Bunda, un feat explosivo con Luísa Sonza, que fusiona funk carioca, reggaetón y electro-pop para satirizar la obsesión por el cuerpo ideal. Le sigue Blackout, junto a Nicki Nicole y Tini, una parodia al mito de la mujer siempre perfecta, que haga lo que haga, nunca alcanza.

En Pasarella, junto a Six Sex, la crítica apunta al consumo, la apariencia y la superficialidad, mientras que Beautiful lleva al extremo la idea de que la belleza es el único valor de una mujer. Servidora, lanzado el 30 de julio, reflexiona sobre la presión de estar expuesta todo el tiempo, especialmente en la era de las redes.
El cierre llega con Perfectas, la canción que da nombre al EP. Allí, Emilia deja caer todas las máscaras para mostrarse vulnerable y redefinir la perfección desde la imperfección, el autoconocimiento y la libertad.
Perfectas no solo es un disco: es una declaración. Emilia se anima a decir lo que muchas sienten, y lo hace bailando, cantando y brillando como nunca.